El camino de Ilúvatar
Experiencias del fin de semana...
Cuando subo la montaña siempre lo hago de frente, pero como estaba muy mal ejercitado físicamente, tuve en ocasiones que seguir camiando de espalda, osea viendo lo que habia recorrido, siutacion que me llevó a reflexionar, sobre cuanto hemos andado en nuestras vidas y cuantos obstáculos sobrepasado... Mientras caminaba me di cuenta que el camido de la fe es algo parecido, podemos ver nuestra trayectoria, por donde hemos andado, pero caminamos y seguimos adelante sin ver lo que nos espera en la proxima curva.
A 300 mts del punto de llegada, nos descalzamos, es una sensación muy agradable, sobre todo cuando vives en una selva de concreto y tus pies solo hacen contacto con el frio piso de tu departamento, una vez que llegas a casa. Fuimos por un camino cubierto de hierba, y de alli a un espacio abierto, mientras caminaba mi mente trajo una imagen de una foto que tengo en casa donde se ve un monje al lado de unas campanas tibetanas. Al estar sobre la hierba húmeda, respiraba y dejaba mi vision traspasar los árboles en busca de las nubes. Empecé a escuchar voces que cantaban armoniosamente, pero el sonido no venia de la tierra, venia desde dentro de mi, eran voces, tal vez de monjes orando o cantando, fue un momento único.
Que la luz de Ilúvatar guie nuestros pasos, hacia la eternidad.
Escrito un 01 noviembre de cualquier año...
Santos Ramón Guerra Faro - Todos los derechos Reservados
Cuando subo la montaña siempre lo hago de frente, pero como estaba muy mal ejercitado físicamente, tuve en ocasiones que seguir camiando de espalda, osea viendo lo que habia recorrido, siutacion que me llevó a reflexionar, sobre cuanto hemos andado en nuestras vidas y cuantos obstáculos sobrepasado... Mientras caminaba me di cuenta que el camido de la fe es algo parecido, podemos ver nuestra trayectoria, por donde hemos andado, pero caminamos y seguimos adelante sin ver lo que nos espera en la proxima curva.
A 300 mts del punto de llegada, nos descalzamos, es una sensación muy agradable, sobre todo cuando vives en una selva de concreto y tus pies solo hacen contacto con el frio piso de tu departamento, una vez que llegas a casa. Fuimos por un camino cubierto de hierba, y de alli a un espacio abierto, mientras caminaba mi mente trajo una imagen de una foto que tengo en casa donde se ve un monje al lado de unas campanas tibetanas. Al estar sobre la hierba húmeda, respiraba y dejaba mi vision traspasar los árboles en busca de las nubes. Empecé a escuchar voces que cantaban armoniosamente, pero el sonido no venia de la tierra, venia desde dentro de mi, eran voces, tal vez de monjes orando o cantando, fue un momento único.
Que la luz de Ilúvatar guie nuestros pasos, hacia la eternidad.
Escrito un 01 noviembre de cualquier año...
Santos Ramón Guerra Faro - Todos los derechos Reservados
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